¿POR QUÉ?
Las coronas dentales imitan al diente natural que van a reemplazar. Cumplen sus características estéticas y masticatorias, ofreciendo una solución duradera y dando una mejor calidad de vida.
¿PARA QUÉ?
Cuando tenemos un diente que se encuentre sensible por causas variables como podría ser algún traumatismo o una endodoncia suele ser muy difícil llevar todas las actividades que realizamos comúnmente por el dolor que se puede llegar a presentar. En este tipo de situaciones una corona es el tratamiento indicado ya que nos ofrecen beneficios muy variados. Se trata de una restauración que protege todo el diente previniendo posibles facturas en el futuro, restaura la estructura pérdida del diente y otorga mejor apariencia.
¿CÓMO?
Es un procedimiento realizado durante dos etapas. En la primera cita se coloca anestesia local en el diente o dientes que se van a preparar. Se desgasta el diente aproximadamente 1 o 1.5 mm por cada una de sus paredes, posterior a esto coloca un provisional que muestra la apariencia que se espera de la corona final, este provisional se usará por un tiempo corto y protege al diente durante el tiempo en que la corona final se encuentre lista.
En la segunda cita, el provisional es retirado y se coloca la corona en el material seleccionado. Se revisa con cuidado que la corona encaje perfectamente en el diente y que no lastime la encía. Finalmente, la corona es cementada mostrando el resultado final.
Existen diferentes tipos de coronas dentales y cada una con diferentes beneficios dependiendo de qué es lo que busca el paciente:
¿CUÁNDO?
La colocación de coronas está indicado para pacientes que tengan algún diente que se necesite reforzar esto podría ser por un traumatismo fuerte o por algún tratamiento de endodoncia. También se puede indicar en pacientes que deseen cambiar el aspecto de sus sonrisa, dándole un toque más estético.